lunes, 27 de febrero de 2012

SEMANA “SANTA”

  
A los jovénes de hoy  el sentido que
tienen de la semana santa es diversión, diversión y más diversión  



Los días santos en la ciudad oscilaron entre reflexión y pensamiento para las  personas creyentes, que conmemoran la pasión y muerte de Jesucristo y sus enseñanzas de su recorrido por la tierra, a su peculiar práctica en la parroquia, templo o salón (o como le nombren) celebran la semana santa. En ellas se puede observar que no están tan atestadas como en otras zonas de la ciudad,  ya que según la mayoría de los mexicanos  pertenecen  a la religión  católica, un aproximado de 90  por cierto (si no me equivoco),  deberían celebrar la pasión y muerte del Ser Supremo, con máximo impulso (de la misma manera que se celebra el 12 de diciembre)  y no es así.

   Supuestamente se dicen ser católicos pero en la práctica demuestran otra cosa. Como buen cristiano (partidario) o mejor dicho Guadalupano para los mexicanos. Las iglesias  o santuarios se muestras sin tanta concurrencia y evocación de esas fechas.

   No obstante la concurrencia se encuentra en otros sitios de esparcimiento y recreación: en playas, discotecas, plazas comerciales, etc.; etc. transcurren los días santos para los vacacionistas y citadinos.   Días para  respetar  y recordar el  suceso, es solo para los creyentes doctrinarios, y para los creyentes confusos  que solo acuden de vez en cuando, se presentan a  misa (templo o salón). Los días santos le son totalmente ajenos y pasan efectuando otras actividades.  Y solo se podrían  conmover al mirar una película de la muerte del nazareno, a  lo cuál logran estremecer hasta el más laico y todavía con cierto desconcierto al más intransigente ateo.   ¿Y tú que tipo de creyente eres?    No importando a que tipo de confesión pertenezcas ¿Cómo te declaras?:

Lo cual podría entrar en alguna de estas categorías:

1) Creyente practico -doctrinario- adepto, dedicado-


2) Creyente practico -doctrinario- apasionado (ferviente)

3) Creyente aparente  –impreciso - (inclinación familiar)


4) Creyente laico (independiente de confesión)

5) “Creyente” ambiguo  -indeterminado- ( creo – no creo  [conflictivo])


6) “Creyente” descreyente  seudo Laico (a veces cayendo en el ateísmo)
7) Ateo-irreligioso
8) Otro
  
Yo entraría en la categoría número cuatro y cinco (más a la 5),  declaro, ya que no pertenezco y ni soy integrante de alguna cristiandad,  así que estas fechas como “creyente” ambiguo, igual que muchos jóvenes sin considerable fe, paso estos días de inactividad, en el bullicio, al  puro estilo de vida hedonista, abarrotando las playas para divertirme de la manera más frívola.

   Que abarca desde emborracharse con cerveza de la localidad (hasta el hartazgo), bailando con la bulla de los ritmos de la música sinaloense y deleitándome  con las mujeres más bellas de la región. La fiesta se extiende hasta que el sol reaparece.  La semana santa se vive al máximo en nuestro “templo” que se convierte en templete o en barra  para intoxicarnos y complacernos, y nuestro orador o director espiritual perdura en el horizonte alumbrando nuestra “euforia” apasionada y libertina.

 Semana santa así transcurre en un ambiente despreocupado.  En esté periodo vacacional  en las ciudades, con fervor, con diversión, con festejo, con desenfreno,  con prudencia y respeto,  sin intensidad, con holganza, con descontento; así celebramos la pasión y muerte de Jesucristo, dependiendo de nuestro grado de fe y (des)creencia.  
                                                                                                                             Viernes, 09 de abril de 2010
Antonio S. Vázquez

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