México ¿que celebrar?
(En su segundo bicentenario de inicio de la independencia)
En estos tiempos atestados de violencia, el pánico y la histeria abundan en los alrededores de nuestros hogares, en todas regiones la violencia se exhibe, audaz, colérica y brutal, como un alud se acrecienta hasta convertirse en una inmensa masa que arrolla todo a su paso sin detención alguna.
La sociedad mexicana apresada, atemorizada, agraviada, no ve cierta esperanza de que esta situación que vive, se remedie. La violencia se ha disparado a niveles que crean un entorno pesimista, sombrío y angustioso en los rostros de quienes escuchan, leen, conversan, y miran las pantallas de los noticieros, lo día a día, en el acontecer diario de esta nación; atormentada por las fatalidades y estropeada por mediocres, brutos, bárbaros, torpes, ignorantes, e incultos (y demás adjetivos ruines que merecen nuestros) gobernantes que han dejado a un país empobrecido, aletargado, enfermo y arrinconado por la corrupción, la ineficacia y la formidable ineptitud de las instituciones que hacen operar al Estado, sin rumbo fijo ni horizonte favorable, se sitúa México.
Que a una década de alternancia, aun se aprecia una democracia en pañales, frágil y débil con más claroscuros que claridad, la democracia mexicana aun tiene mucho camino que recorrer para llegar hacer fuerte y efectiva. Sin la participación de la sociedad mexicana será una labor insuficiente.
Esa sociedad, adormecida, hipnotizada, indiferente necesita despertar de su extraordinaria parálisis para exigir cuentas, transparencia, análisis, consentimiento o censura a los dirigentes que nos representan, y así evitar miles de arbitrariedades que efectúan los políticos que se desvían de sus compromisos de servir y trabajar para la nación. Sino actúa, y emerge la sociedad mexicana en participar, cooperar e interesarse en asuntos del ámbito general, los funcionarios y representantes del poder seguirán incumpliendo con sus obligaciones, como en nuestros días ejercen con tanta impunidad y corrupción. Ellos seguirán siendo intocables, y protegidos en sus puestos de trabajo ante cualquier acto de barbaridad que efectúen. En tanto, continuamos siendo cómplices todos nosotros de lo que sucede a nuestro alrededor, de abusos, injusticias, y tiranía por no clamar nuestros derechos y aprender a construir ciudadanía y una sociedad civil fuerte y sólida.
Triste y empeorada nación que ha entrado a las vísperas de celebración del bicentenario del comienzo de la lucha por la independencia y el centenario de la revolución mexicana, ¿Que celebrar?
20/01/10
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