lunes, 27 de febrero de 2012

EL EXCREMENTO CHIRRIANTE

                                                                    El Gorila "cantor"



Los gorilas iban a entrar en acción, el público esperaba con ansias la salida de los terroristas musicales, el lugar estaba a reventar, todos estaban impacientes a verlos accionar sus bombas vocales (para taladrar los oídos con semejante música mugrienta). Las luces se encendieron. La multitud presente empezó a gritas y a aplaudir, -¡es él, lo ves, si! - hasta que se escucharon las primeras notas musicales. Las chicas enloquecían, gritaban, se agitaban como peces en tierra. El cantante empezó a cantar –baibi te quieron oh- baibi te quiero- . Bajo una luna de cuarto creciente que parecía que no querría destellar ese recinto con esa música de pacotilla. A la luna tampoco le seducía eso, creía que ese humano vomitaba mierda y, se le acercaban muchas moscas para deleitarse con su sabor.

La voz del cantante no era la más afinada, ni la mejor educada y maravillosa, pero aun así tenia miles de seguidores en distintas regiones. –romantic style in the world- mencionaba el gorila que se movía de un lugar a otro en le escenario bajo las luces neón que lo iluminaban.

Tras finalizar su primera canción hablo el gorila – hola como están… los quiero mi gente- y las chicas volvían a echar las patas por alto y a enloquecer, hasta finalizar el concierto.

Así el gorila una vez más cometía su objetivo de saciar a los moscones con su hediondez musical. En tanto sus temas seguían permaneciendo con éxito en los gustos de un público extenso. El gorila sabía eso, que su trabajo era nutrir a los moscones con su excremento chirriante.

10/10/2009


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