Mi crónica durante el ultimo desfile de Carnaval de Mazatlán 2010
El pánico y la psicosis empañan la máxima fiesta de Mazatlan
Para el ultimo día del carnaval que se unió a la conmemoración del
bicentenario de México denominado con fervor
patrio el pánico y la psicosis se hicieron presente, yo
asistí solo para ir a tomar fotografías, me sitúe en la zona de Olas Altas, a
un costado de la plaza Sánchez Taboada mejor conocida como la zona del
clavadista.
Ahí como miles de familias, turistas y locales nos encontrábamos
esperando el paso de los carros alegóricos cuando alrededor de las 6:35 de la tarde, cuando ya
había oscurecido, veo una estampida humana corriendo aterrorizada, yo me quede
totalmente impresionado, una familia con 2 bebes y una anciana con dificultad
para caminar que se encontraban a mi izquierda rápidamente tomaron a los niños
y se fueron corriendo igual que la multitud que pasaba gritando que había una balacera, en ese
instante me preocupe, tuve temor , pero me mantuve en calma, solo caminé unos pasos para prevenirme de lo
pudiera pasar . Todas las personas que tenia alrededor huyeron para ponerse a
salvo, excepto una pareja de estadounidenses que permanecieron en el mismo
lugar, que no sabían del pánico social que prevalecía.
La gente se veía con temor, no
sabía lo que acontecía, saque mi cámara fotografía y lo coloque en modo de
grabación de video, y pude captar a las
personas que seguían corriendo
con sus hijos en brazos, era una escena horrible y espantosa lo que ocurría.
Después del paso del alud de personas regrese a la ubicación donde había
permanecido, el templete de música se
había silenciado solo los instrumentos se apreciaban, y algunas personas entre
ellas los vendedores de comida y de
diversos artículos se podía apreciar, y asistentes que no fueron parte de la oleada
temerosa. Sus miradas oscilaban entre la
risa y el pánico, pues en esa área no se presento ningún incidente, y en ese
momento todo tipo de rumores se hacían presente – de que habían matado a la
reina del carnaval-, -que la gente se asusto con lo cuetes-, -que sucedió una masacre-, - que los
manifestantes de la presa Picachos habían disparado-, infinidad de rumores pude
escuchar- . -La fiesta se termino - le decía a una pareja de Señores a mi lado
que estaba realizando llamadas para saber de lo sucedido. Y el joven del
templete de venta de cerveza lo tomaba como algo chistoso. No pude observar ningún policía después del
“maratón” en esos momentos. Minutos más
tarde, pasó un carro de sonido decidiendo -que todo había sido falsa alarma y
que el ruido de los cuetes había espantado a la gente-, y esto provocó el
temor. Y un efecto en cadena que pudimos apreciar.
Luego de varios minutos desfilaron los carros alegóricos vacios,
solamente algunos iban montados en los carros. El desfile se había
suspendido, y simplemente las pocas personas que se quedaron vimos el paso
apresurado de estos. Decidí ir a caminar
para saber lo ocurrido, y miraba y
escuchaba a la gente rumorear, la zona de Olas Altas aprecié que parecía un
cementerio, la algarabía de carnaval había sucumbido en esos momentos. La música, el ruido de las silbatinas, los
rostros de bullicio, fenecieron. El tema
de esa noche giro en torno a los hechos que se presentaron, cada persona tenia
su propia versión de lo sucedido.
A las 8:24 recibí una llamada de
mi madre que ya se había enterado de los hechos y estaba preocupada y me dijo
que ya me quería en la casa ya que me dijo que recibió noticias
que sucedió una balacera en la zona de carnaval. En tanto en Olas Altas poco a
poco el clima de temor fue virando hacia
un estado de algarabía, se fue activando de nuevo en la última noche de
carnaval, que se recordara por mucho tiempo. Y en la cual pudo terminar en
tragedia
Al día siguiente ya informándome
en lo medios de comunicación pude saber que todo fue una falsa alarma. El terror Y el pánico social hicieron
acto de presencia y las autoridades no lograron garantizar la seguridad
ante el caos que empezó desde la avenida del mar y concluyo hasta la avenida
Miguel Alemán.
3/03/2010
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